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Talleres grupales: un paso adelante en el control del Alzheimer
Una creencia popular aísla a los personas con Alzheimer: en general se supone que permanecen ajenas a la realidad, sin comprender lo que sucede a su alrededor.
Sin embargo, durante los primeros años de manifestación de la enfermedad, es decir en los en estadios leves y moderados, son muchas las actividades que pueden hacer con un beneficio evidente tanto sobre el estado como sobre el sentimiento de salud.

Trabajo con los recuerdos e integración social en los talleres de control del Alzheimer
Leer, realizar distintos ejercicios de estimulación mental o practicar la coordinación manual a través de manifestaciones artísticas como el dibujo y la pintura ayudan a mantener una mente ágil. La música también es un estimulante mental recomendable. Y el intercambio social dentro y fuera de la familia es una alternativa favorecedora a lo largo de todo el proceso de la enfermedad. Por eso los talleres grupales constituyen una alternativa saludable para los pacientes que atraviesan las etapas iniciales e intermedias de la enfermedad de Alzheimer.
“Es difícil pensar en lo social con pacientes a quienes les resulta difícil el intercambio, por eso es mejor la rehabilitación en grupo”, explica la licenciada Marina Drake, directora de Neuropsic.
Son grupos multidisciplinarios que a través de distintas actividades se proponen retrasar el proceso de la enfermedad y ayudar a los pacientes en un aprendizaje muy particular: aprenden a convivir con las dificultades que provoca el Alzheimer.
“El trabajo con lo cognitivo y la participación social son factores que ayudan con la misma eficacia que la medicación y por supuesto que los tres juntos es mejor que cada uno de forma aislada, se potencian”, aclara la neuropsicóloga.
Las actividades que se organizan en los talleres son variadas e incluyen:
1) Gimnasia mental: “del mismo modo que se practican ejercicios en un gimnasio, en los talleres los pacientes practican ejercicios de estimulación mental. Numerosos estudios han demostrado que se presenta mayor sintomatología de Alzheimer entre las personas con baja educación porque es inferior su reserva cognitiva. Esta se define en base al daño cerebral que cada paciente puede tener sin que se exprese en síntomas clínicos. La regla es que a mayor educación menos síntomas”, aclara la especialista.
2) Otra actividad consiste en trabajar las dificultades cotidianas de la vida diaria, por ejemplo cómo usar el celular, cómo recordar las recetas, cuestiones que afectan la vida diaria y cómo resolverlas. En ocasiones se precisa la ayuda del familiar, que explica cuáles son las dificultades, pero estos problemas personales se trabajan en el contexto grupal, ya que muy probablemente otros pacientes encuentren las mismas trabas y dificultades en su desenvolvimiento cotidiano.
3) Otra actividad consiste en trabajar con los recuerdos. “No nos proponemos que mejoren la memoria sino que puedan recordar con placer y perder ese peso negativo sobre su déficit. Los pacientes con Alzheimer van perdiendo la memoria reciente pero preservan mucho del pasado. Por ello en los talleres solamente hablamos de los recuerdos de épocas pasadas. Por ejemplo nos centramos en la década del 80, pasamos películas y propagandas viejas y todos participan con sus propios recuerdos. La idea es lograr que la memoria deje de ser un problema, algo negativo porque falta, mientras se revaloriza aquello que los pacientes sípueden recordar, trayéndoles vivencias pasadas positivas.
4) Estimulación cognitiva a través del arte y la recreación. Es una forma de gimnasia mental con actividades placenteras y lúdicas. En este espacio, los pacientes ven una película, comentan cuadros, pintan, escuchan música, bailan, participan en juegos grupales.. Mientras se potencian los intercambios sociales, se estimulan las funciones mentales con actividades distendidas y agradables.
5) Musicoterapia: Es sabido quelas habilidades musicales suelen conservarse en los pacientes con enfermedad de Alzheimer incluso cuando la memoria y el lenguaje se encuentran en estadíos de deterioro más avanzados . Por ello la música puede ser un vehículo excelente para la intervención con estos pacientes.Por un lado,es una forma de activar la memoria y los recuerdos, ya que la música y las canciones suelen estar asociados a eventos importantes de nuestras vidas. A partir de la música, muchas veces, los pacientes traen a la memoria recuerdos olvidados. Por otra parte, en aquellos pacientes en que la comunicación verbal es muy difícil, la comunicación a través de la música puede volverse un elemento esencial, al igual que en casos en donde priman los desórdenes de conducta o de regulación de las emociones,ya que favorece la relajación, el manejo de la ansiedad, y genera un sentimiento de bienestar anímico altamente positivo.
6) Terapia ocupacional. En general los pacientes con Alzheimer ya están retirados de la actividad productiva o no lo están pero les cuesta entender que no pueden volver a ella. Por eso la propuesta tiende a que estén y se sientan activos.
Integración social
Los talleres de estimulación cognitiva y social se proponen mantener de forma óptima las funciones cognitivas, para retrasar las manifestaciones de la enfermedad, prevenir los problemas de conducta, aprovechar los recursos de memoria existentes y preservar en la medida de lo posible la independencia del paciente en la realización de tareas cotidianas.
Estos talleres grupales se suman a los encuentros entre familiares, que se reúnen para compartir inquietudes, información y socializar la angustia que causa un proceso difícil, doloroso, que no es fácil de atravesar.
En ambos casos se parte de una idea central: el trabajo grupal estimula la interacción social y
actúa como soporte y ayuda. Mientras el paciente se siente activo e integrado a un grupo de pares, disminuyen sus respuestas de ansiedad y depresión y se evita la desconexión con el entorno.
“Estos grupos mejoran el rendimiento cognitivo y funcional, incrementan la autonomía, mejorando, en definitiva, la calidad de vida de los pacientes y el bienestar de las personas que integran su entorno”, concluye Marina Drake.